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Nostalgia bajo la lluvia con Chivas y River Plate

Nostalgia Bajo La Lluvia

Nostalgia bajo la lluvia y muchos goles en el partido de Leyendas del Guadalajara vs River Plate de Argentina Nostalgia bajo la lluvia, fue lo que nos tocó vivir quienes estuvimos presentes en el partido de Leyendas del Guadalajara contra un representativo del River Plate de Argentina en el estadio 3 de Marzo, donde se presentó la gente que ama y quiere al Rebaño Sagrado, envueltos en sus playeras rojiblancas, listos para vivir una tarde de nostalgia bajo la lluvia. En ese sábado 10 de Junio, no importó que el cielo se haya caído, miles de fieles de Chivas presenciaron a sus ídolos, aquellos que continuaron dando identidad al más mexicano de todos los equipos del país como Camilo Romero, Javier Ledezma, Joel Sánchez, Héctor Reynoso, Sergio Ávila, Guadalupe Castañeda, pero el más representativo de todos, sin duda, fue Ramón Morales, la mejor combinación para esa tarde de nostalgia bajo la lluvia. Salieron las leyendas a la cancha en esa tarde nostalgia bajo la lluvia, la gente aplaudió, gritó, vitoreó a esos elementos que varias alegrías dieron a esa afición rojiblanca que ahorita vive una vida de ensueño con su equipo, sin embargo, fue imposible olvidar esos días de gloria que dichos futbolistas brindaron alguna vez. Comenzaba el encuentro, la lluvia caía, pero no le importaba a los 22 elementos que estaban en la cancha, “el futbol es para hombres de verdad” dicen por ahí, las entradas, los golpes, la lucha por el balón estuvo presente desde el primer minuto. La gente celebraba, pero, más que eso, era un agradecimiento, pues los ex futbolistas dentro del rectángulo verde se estaban partiendo el alma, ya que, era más el orgullo el que estaba en juego. Llegó el primer gol por parte de Ignacio Vázquez quien remató de cabeza en una jugada de tiro de esquina, ahora, fue aclamado, cuando siempre ha sido criticado y tachado de “tronco”, pero nunca, el de Tepatitlán, Jalisco, ha bajado los brazos por el equipo. Llegó el segundo gol en esa tarde de nostalgia bajo la lluvia, Gustavo Nápoles empujó el balón al fondo de la red a pesar de su renuencia dada la humedad del esférico, el festejo fue el más característico del regiomontano, tirándose al suelo como un gusano, con el cual, a más de uno se le vino a la mente aquella gloriosa tarde del décimo campeonato cuando las Chivas derrotaron 6-1 al extinto Toros Neza. Pero, para el final del primer tiempo, los argentinos sacaron el pecho y el orgullo, pues dieron dos estocadas al marco chiva que defendía Gustavo Sedano, aquel que nunca pudo salir de la banca mientras estuvo Oswaldo Sánchez y que le tocó sustituir a un descuidado Zully (está pasado de medidas). Con un empate a dos, terminó el primer tiempo en esa tarde de nostalgia bajo la lluvia. Llegó el segundo tiempo, el dios Tlaloc seguía caprichoso, enviando agua cada vez más fuerte, como queriendo ser parte del espectáculo, pero esto no importó, los ex de Chivas salieron a hacer lo suyo, sobre todo, Ramón Morales salió encendido, como en sus mejores tiempos, demostrando que aún tiene mucha condición y futbol en sus botines. Ni las patadas, ni los golpes, ni las faltas, impedían al otrora capitán del Rebaño demostrar su capacidad en esa tarde de nostalgia bajo la lluvia. Llegaron otros tres goles, pero el último, fue el mejor y el más bello de esa tarde de nostalgia bajo la lluvia, Ramón Morales se llevó el balón -a fuerza- por la banda izquierda, sin marca, ni siquiera una sombra detrás de él, solo un pasto sumamente mojado y el portero eran sus enemigos a vencer, el antiguo 11 sacó al portero de su área para hacerle un sombrerito mandando la pelota adentro de la portería, el júbilo estalló, volaron las cervezas, sonaron las cornetas, tronaron las gargantas, se alzaron los puños y las pocas banderas ahí presentes se ondearon, Joel Sánchez no dudó en cargar al oriundo de La Piedad, Michoacán, fue el tanto de la tarde de nostalgia bajo la lluvia para dar solución a un 5-2 a favor de las Leyendas del Guadalajara. Mientras tanto, el representativo del cuadro millonario, con el orgullo herido, comenzó a sacar su frustración por medio de golpes y ofensas, cosa que calentó tanto a elementos de Chivas como a la afición que vivía su fiesta pues la nostalgia bajo la lluvia estaba presente ente todos nosotros. Al final, no pasó a mayores. Terminó el partido con el cenit desmoronándose, millones de gotas seguían cayendo, pero eso no importó, pues los jugadores demostraron que el futbol se juega sin importar las condiciones meteorológicas y que la afición siempre será lo más importante. La gente, por supuesto, salió feliz, pues sus leyendas golearon, gustaron y divirtieron en esa tarde de nostalgia bajo la lluvia. Ese es, el equipo de la nación.

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