Es común que cuando ocurre un cambio de administración, sea el rubro que sea, el nuevo manda más querrá pasar a la historia por un hecho, por una decisión.

Giani Infantino, el italiano que sucedió al suizo Josep Blatter, anunció la madrugada del Martes 10 de Enero (considerando el tiempo de México), el aumento de selecciones participantes en el máximo torneo de fútbol, el Mundial, pasando de 32 a 40, un suceso relevante en la historia del balompié.

Algunos lo podrán considerar descabellado, otros, quizá piensen que se trata de un acto para hacer llegar a la justa mundialista a equipos que van ganando nivel pero que aún veían frustradas sus clasificaciones.

Lo cierto es que no es la primera vez que el Mundial sufre éste tipo de modificaciones. Basta recordar que el evento de Uruguay 1930 tuvo la participación de solo 13 combinados, todos ellos por participación.

Ahora, la FIFA tiene que exigir mejor calidad a las selecciones. Creo que la ampliación obedece a la alta demanda del espectador, quien motiva a que existan más patrocinadores que deriven en el engrosamiento de las arcas del mayor comité mundial de este deporte.

Infantino ya hizo historia, no hay marcha atrás, entiende que el fútbol es un negocio, que la FIFA es una empresa y que los equipos son el producto a ofrecer para entretener a las masas. Ojalá veamos cambios positivos en el corto plazo.

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